¡Que pase la (pandemia) que sigue!

La crisis de salud pública provocada por la COVID-19 está lejos de terminar y la próxima pandemia podría ser peor: es el vaticino de Sarah Gilbert, profesora de la Universidad de Oxford, quien lideró en el 2020 el desarrollo de la vacuna Oxford-AstraZeneca.

Gilbert señaló que esta no será la última vez que un virus amenaza nuestras vidas y medios de subsistencia, y alertó que la verdad es que el próximo podría ser peor.

Podría serlo por ser más contagioso o más letal, o ambas cosas a la vez, si no se destinan más recursos a investigación y medidas de prevención, según Gilbert, quien remarcó que los avances logrados en la lucha contra patógenos mundiales no deben perderse por el costo de la lucha contra la pandemia actual.

La experta británica advirtió que las vacunas podrían ser menos efectivas contra la variante ómicron, y aconsejó a la población continuar siendo cauta hasta que se conozca más al respecto.

La profesora Sarah Gilbert dio a conocer sus puntos de vista durante un discurso en la conferencia anual en honor a Richard Dimbleby, quien fue presentador de la cadena BBC, corresponsal de guerra y pionero de la televisión en Gran Bretaña.

En la cita anual hablan destacadas figuras de gobierno, las ciencias y las empresas del Reino Unido.

Mientras una de las expertas detrás de la vacuna de Oxford-AstraZeneca contra la COVID-19 advirtió sobre los peligros asociados a una próxima pandemia, el epidemiólogo jefe de Estados Unidos, Anthony Fauci, declaró que los primeros indicios de la gravedad de la variante Ómicron son un tanto alentadores.

En declaraciones a la cadena CNN, Fauci explicó que Ómicron tiene una ventaja de transmisión en Sudáfrica, donde la variante fue reportada por primera vez hace unas semanas y el país pasó, de tener un bajo nivel de casos, a ver casi un pico vertical hacia arriba.

Fauci precisó que esa subida exponencial es casi exclusivamente causada por la Ómicron, pero hasta ahora no parece que esa variante tenga un grado de severidad muy grande.

Para Fauci, esa es una señal alentadora, aunque aclaró que es necesario ser realmente cuidadosos antes de hacer cualquier determinación de que la Ómicrones menos grave, o de que realmente no provoca una enfermedad grave, en comparación con la delta.

La variante Ómicron ya ha sido detectada en aproximadamente una tercera parte de los estados de Estados Unidos hasta el domingo, incluyendo el noreste, el sur, las Grandes Llanuras y en la costa oeste.

Sin embargo, la delta sigue siendo la variante dominante, representando más del 99 por ciento de los casos e impulsando un alza en las hospitalizaciones en el norte del país.

Se han enviado equipos de la Guardia Nacional para ayudar a los hospitales abrumados en el oeste de Nueva York, mientras que el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, emitió una orden de emergencia que requiere que cualquier centro de salud con una capacidad limitada para atender pacientes, reduzca los procedimientos programados que no son urgentes.

Las autoridades estadounidenses siguieron pidiendo a la población que se vacune contra la COVID-19 y reciba la dosis de refuerzo, y que también tome medidas como portar mascarillas cuando esté con extraños en interiores, haciendo notar que todo lo que sirve para protegerse contra la variante delta también sirve contra otras variantes.

Incluso, si ómicron resulta ser menos peligrosa que delta, continúa siendo problemática, de acuerdo con la evaluación de la doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la Organización Mundial de la Salud.

En declaraciones a la cadena estadounidense CBS, Van Kerkhove explicó que si tenemos una gran cantidad de casos que son moderados, algunos de esos individuos requerirán ser hospitalizados, necesitarán ingresar a terapia intensiva y algunas personas morirán.

Van Kerkhove subrayó que no quiere ver que eso pase, cuando la  situación ya es de por sí difícil con la delta circulando a nivel global.

Hasta ahora se han confirmado casos de Ómicron en unos 40 países.

Fuente: Radio Rebelde